Rehabilitación integral en Claudio Coello, Madrid

Construcción e interiorismo en el barrio de Salamanca

Una concatenación de elementos hasta llegar a un paisaje bucólico, acogedor, receptor, flanqueado o tutelado por dos artemisas arqueras como contraposición a los pensadores griegos que nos reciben: razón versus fuerza.

Repetimos cliente en obra atemporal. Es como si hubiéramos continuado con la obra de Argensola, como si Argensola y Claudio Coello fueran la misma ficha, pero en espacios separados. Pero no. El espacio requería otra intervención, a priori más sencilla por la diafanidad del volumen interior. Tampoco. Resultó de una exigencia espacial mucho más complicada, más rigurosa y más certera. Nos costó más dar con la solución final: dos naves separadas por un muro de estructural, un espacio abierto, transparentemente matizado, para dar cabida a vestíbulo, cocina y estar, abiertos mediante dos vestíbulos, a los dormitorios: tres. A partir de aquí todo lo demás: viaje a Barcelona, París, Chicago, New York. Resultado: boasserie, papel de William Morris, puertas recicladas –varias de ellas la de la mítica pastelería barcelonesa de Frances Mauri-, Ananbó, vidrieras acero y cristal, antigüedades…

Ya desde que entras en la vivienda recoges la atmósfera del espacio interior. Un lugar distinto, cautivo, atemporal. Un frente imaginario, onírico, nos recibe con dos esculturas capitales a modo de sofistas griegos, pensativos, a punto de alzar la mirada para recibirnos. Tras ellos, como en un mundo irreal, una concatenación de elementos hasta llegar a un paisaje bucólico, acogedor, receptor, flanqueado o tutelado por dos artemisas arqueras como contraposición a los pensadores griegos que nos reciben: razón versus fuerza.

Armonía y conciliación. Dos mil detalles técnicos y constructivos, consolidaciones estructurales tanto en madera como en acero, apertura de huecos, instalaciones nuevas. Trabajo en equipo, desde nuestro encargado de obra hasta el último ayudante de albañilería.