5 razones por las que rehabilitar tu edificio

El ser humano diseña y construye edificios en base a las propias necesidades pero en cierta manera estos edificios también nos moldean y pueden influir en nuestra salud, confort y economía. Los interiores afectan a nuestra vida diaria y a menudo lo pasamos por alto.

Según la Encuesta Nacional de Patrones de Actividad Humana de Estados Unidos pasamos alrededor del 90% en interiores. Además el 92% de los edificios construidos son anteriores a que entrase en vigor el Código Técnico de la Edificación (CTE) y se construyeron apenas sin tener en cuenta criterios de aislamiento. Para mayor abundancia los criterios de ventilación dependen del usuario y además son ineficientes energéticamente.

Una calidad del aire interior sana, una temperatura de confort son requisitos indispensables que se consiguen con edificios eficientes. 

La vivienda es, para gran parte de la ciudadanía, es la mayor inversión que se realiza a lo largo de la vida y como vemos en muchos casos deja mucho que desear. Los fondos Next Generation subvencionan a fondo perdido el 80% del importe de mejora de un edificio siempre que se justifique una mejora en la eficiencia energética. Incluso en el caso de familias en situación vulnerable la subvención llega a cubrir el 100% de la intervención.

La rehabilitación energética integral es una cuestión de salud, confort y bienestar en las viviendas y los fondos provenientes de Europa son la gran oportunidad para conseguir estos objetivos. Para realizar la mejor intervención posible es necesario tratar todos los aspectos relacionados con la envolvente del edificio y los que garantizan la calidad del aire recomendada por la normativa:

Los cinco grandes motivos por los que rehabilitar un edificio son los siguientes:

  1. SALUD

Los edificios en los que vivimos pueden influir negativamente en nuestra salud. Esto es debido a que la mayoría no cumple los criterios de salubridad exigidos en el Código Técnico de la Edificación (CTE) que se hizo obligatorio en 2006. Un CTE que cada cuatro años, aproximadamente, se va actualizando haciendo más exigente las medidas energéticas. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su documento Housing and Health Guidelines, enumera algunos de estos aspectos: entre ellos la descompensación de temperaturas a lo largo del tiempo o en diferentes estancias producidos por un escaso aislamiento; o la contaminación del aire en espacios cerrados, las partículas en suspensión o gases y vapores de origen químico y aerosoles, etc., producidos por la mala ventilación, son determinantes que pueden provocar una serie de molestias y enfermedades que la OMS denominó en 1982 como Síndrome del Edificio Enfermo, cuyos síntomas producen migrañas, nauseas, mareos, resfriados persistentes, irritaciones en las vías respiratorias, piel, ojos, etc.

En muchos casos estos aspectos no influyen de manera inmediata en la salud de las personas pero sí a lo largo de los años. Es decir, pueden estar afectando a nuestra salud sin que seamos conscientes de ello.

La solución para revertir esta situación no consiste en colocar paneles solares, aerotermias o pellets, sino que consiste en rehabilitar los edificios. Rehabilitaciones energéticas integrales que mediante la consecución de una muy buena envolvente (aislada y hermética) e instalaciones eficientes garanticen unas buenas condiciones interiores en cuanto a temperatura y humedad relativa a la vez que aseguran un aire sano y limpio mediante una ventilación mecánica inteligente que recupere la energía que necesitamos para ventilar a la vez que elimina de forma continua CO2 y Compuestos Orgánicos volátiles (COVs).

  1. CONFORT

El confort está relacionado con el bienestar que tenemos respecto al ambiente que nos rodea y, al igual que nos hemos referido cuando hablamos de la salud, tiene que ver fundamentalmente con la temperatura, la humedad relativa, las corrientes de aire y la calidad del aire.

El resultado del confort se puede percibir de las siguientes formas:

Confort higrotérmico: relacionado con una envolvente bien aislada, sin puentes térmicos y sin entradas de aire no deseadas. El resultado son temperaturas de confort (entre 20 y 25ºC) y humedades relativas (entre 40 y 60%) constantes a lo largo del tiempo y homogéneas en las diferentes estancias. Evitan la sensación de pared fría y la aparición de condensaciones que con el tiempo pueden desembocar en el crecimiento de moho y hongos cuyas esporas son perjudiciales para la salud.

Confort acústico: el resultado de la instalación de un aislamiento térmico de gran espesor y de trabajar la hermeticidad se traduce directamente en una mejora considerable del aislamiento acústico, lo que provoca una disminución drástica de los niveles de estrés

Calidad del aire interior. Por salubridad es obligatorio ventilar las viviendas. La ventilación está relacionada con la renovación del aire interior, introduciendo aire limpio del exterior y eliminando el CO2 y los Compuestos Orgánicos volátiles (COVs) que se producen en el interior. La normativa actual no permite cumplir este requisito mediante la apertura manual de ventanas. La forma más eficiente de ventilar un edificio es la ventilación mecánica con recuperador de calor.

  1. EFICIENCIA ENERGÉTICA

Los edificios son grandes consumidores de energía y la principal fuente contaminante de nuestras ciudades por delante de los vehículos. La energía necesaria para mantener nuestros edificios en funcionamiento proviene en su mayor parte de los combustibles fósiles. Unos combustibles fósiles cuyo precio se ha disparado en los últimos meses.

La eficiencia energética es, prácticamente, la consecuencia de trabajar un edificio con el objetivo de conseguir el máximo confort. Implementando una buena envolvente y un sistema de ventilación que recupere el calor que necesitamos para ventilar, el edificio va a necesitar muy poca energía para mantener sus condiciones de confort interior. El ahorro energético que podemos obtener con respecto a un edificio existente puede alcanzar el 90% en una rehabilitación. El hecho de que el edificio necesite muy poca energía va a implicar unas instalaciones más sencillas y equipos de generación más pequeños y por lo tanto más económicos. Además, la poca energía que necesite se podrá cubrir con más facilidad con energías renovables. Esta independencia energética está relacionada con una mejora directa en nuestra capacidad económica puesto que como se explica a continuación pagaremos menos en nuestra factura energética mes a mes.

  1. MEJORA DE NUESTRA CAPACIDAD ECONÓMICA

Reduciendo el 90% de la energía necesaria para mantener un edificio reducimos también el coste energético asociado a ella. Es cierto que para obtener esta reducción en la demanda de energía es necesario invertir en la rehabilitación energética, sin embargo con las subvenciones existentes, que pueden alcanzar el 80% (100% en el caso de familias vulnerables), los periodos de amortización se acortan considerablemente en el tiempo. Además las entidades bancarias  han sacado productos financieros específicos para estos casos financiando a 2 años los importes objeto de subvención una vez acabada las obras y una financiación a 12 años para la parte no subvencionada. Las cuotas de estos préstamos apenas superan los 45€ mensuales, que en la mayoría de los casos, se compensan con el ahorro energético mensual conseguido en la rehabilitación energética. Una vez amortizado el préstamo todo se convierte en ahorro, minimizando la dependencia de la energía y por tanto de la hipoteca energética.

Invertir en rehabilitar una vivienda aporta más beneficio económico mediante el ahorro de la energía que el retorno de un plan de pensiones una vez jubilado en el mismo periodo de tiempo. Por lo tanto se podría considerar una forma más inteligente de ahorrar para nuestra jubilación. Sin contar con el resto de beneficios ya expuestos.

Asociadas a la publicación de estas ayudas se han aprobado deducciones temporales del IRPF aplicables sobre las cantidades invertidas en rehabilitación energética que pueden alcanzar el 60% en la declaración de la renta.

Con el tiempo, al igual que se ha producido en los vehículos, los edificios menos eficientes acabarán perdiendo bonificaciones que sí tendrán los edificios eficientes, asumiendo sobrecostes en consumos y otras penalizaciones.

  1. REVALORIZACIÓN DE NUESTRA VIVIENDA

Existe un creciente interés generalizado por la eficiencia energética en los edificios. Cada vez más se trata de un parámetro de mayor influencia en las decisiones de compra de las familias.

Cada vez es mayor la sensibilización de los compradores sobre las ventajas personales y económicas respecto de la sostenibilidad de las viviendas. De hecho, este aspecto, es cada vez más un parámetro de mayor influencia en las decisiones de compra de las familias.

Según la Sociedad de Tasación, una vivienda de más de 50 años incrementa su valor en un 25% de media tras ser rehabilitada.

Las subvenciones provenientes de los fondos Next Generation son una oportunidad para poner en valor nuestras viviendas. Una oportunidad de rehabilitar el 100% por el 20% del importe.

Edificios con altas calificaciones energéticas serán más atractivos para los potenciales compradores más aún cuando se pongan en marcha las bonificaciones en el IBI para los edificios más eficientes. Los edificios menos eficientes quedarán obsoletos.

OTROS ASPECTOS A TENER EN CUENTA

Además de estos cinco motivos existen otros más tangenciales y no por ello menos importantes que conviene tener en cuenta

  • Contribuye a reducir la pobreza energética.
  • Disminución de las emisiones de CO2. Los edificios son responsables del 54% de las emisiones de CO2 en nuestras ciudades. Edificios más eficientes podrían reducir considerablemente este porcentaje.
  • Una menor cantidad de emisiones supone una mejora medioambiental.
  • La mejora ambiental se va a traducir directamente en una contribución a la ralentización del cambio climático
  • Ciudades más sostenibles

¿A qué esperas para rehabilitar tu edificio?